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Francisco Guerrero. Misa "Puer natus est"...
Francisco Guerrero. Misa "Puer natus est" <img src="/documents/162188325/162294189/almavivia.jpg/a86b4b05-8dff-4de6-8efd-748821fd2a8d?t=1619699409253" alt="Francisco Guerrero. Misa "Puer natus est"" class="picture"/> Titulo: Misa "Puer natus est": canciones y Villanescas Espirituales Autor: Francisco Guerrero Director: Josep Cabré Intérprete: Capilla Peñaflorida Edita: Junta de Andalucía. Consejería de Cultura Dirección científica: Centro de Documentación Musical de Andalucía Produce: Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales D.L. SE-1889-1999 1 discos compacto: digital ; 12 cm Incluye folleto con biografía y estudio de su obra. FRANCISCO GUERRERO 1528-1599 Guerrero y su entorno sevillano. "Ningún príncipe del mundo tiene ciudad, que en tan poco sitio y distancia, como la que ay desde esta Alcaycería hasta la puerta de Xeres (como quiera que no hay más de novecientos pasos), incluya tantos y tan sumptuosos edificios y otras casas, donde tanto oro y plata se encierre, ni tanta renta se cobre, ni que tenga por vezinos a mercaderes tan ricos y caudalosos, ni de tantas otras excelencias y grandezas". Así describe Alonso Morgado, en 1587, la ciudad de Sevilla. Durante el siglo XVI, Sevilla alcanzará una posición de privilegio en el contexto europeo, convirtiéndose en una de las ciudades más ricas de España. Establecida, en 1503, la Casa de la Contratación, supervisora de todos las transacciones comerciales del Nuevo Mundo, y puerto principal de los fletes americanos, Sevilla actuará de polo de atracción para mercaderes, artesanos y aventureros de diversas nacionalidades que contribuirán al ambiente cosmopolita de la ciudad. La nobleza y burguesía acaudalada en ella establecida, sus iglesias y conventos y un poderoso cabildo municipal propiciarán distintos paisajes musicales, muchos de ellos todavía por estudiar. Entre ellos, su catedral se nos presenta como el centro de producción musical más importante, que irradiará sus influencias y estará omnipresente en el entramado urbano de la ciudad. En Sevilla, en 1528, nace Francisco Guerrero, hijo del pintor Gonzalo Sánchez Guerrero y de Leonor de Burgos. Iniciados sus estudios musicales con su hermano Pedro, ingresará en la catedral, donde alcanzará el puesto de cantor contralto. En su juventud, había aprendido también a tañer "vihuela de siete órdenes, harpa i corneta i otros varios instrumentos", según nos informa Francisco Pacheco en su Libro de descripción de verdaderos retratos de ilustres y memorables varones. Estudiará el joven Guerrero también con Cristóbal de Morales, quién recomendará a su discípulo para ocupar su primer puesto de maestro de capilla en la catedral de Jaén, a la temprana edad de 18 años. Tras el corto período jiennense de tres arios, Sevilla será la residencia habitual de Guerrero durante la mayor parte de su vida, en un ambiente musical de gran importancia donde entablará relación con los vihuelistas Miguel de Fuenllana, al servicio del Marqués de Tarifa; Alonso Mudarra, canónigo de la catedral hispalense; los polifonistas Juan Vázquez, Rodrigo de Ceballos, y su propio alumno Alonso Lobo y los organistas Gerónimo Peraza, Francisco Peraza y Diego del Castillo, entre otros. Parece igualmente indiscutible su vinculación con las tertulias y cenáculos interdisciplinares del mundo cultural sevillano de su tiempo. Entre estas academias destacó la de Juan de Mal Lara, uno de cuyos miembros era el canónigo de la catedral de Sevilla, Francisco Pacheco, tío del homónimo autor del Libro de Retratos. La vida cultural de la ciudad se articulaba en torno a estas tertulias y academias, auspiciadas por hombres doctos o por aristócratas que practicaban el mecenazgo. A ellas concurrían por igual humanistas y clérigos, literatos y pintores, la élite intelectual y artística de esta ciudad a la que, pensamos, no serían ajenos los músicos retratados por Pacheco: Francisco Guerrero, Francisco Peraza, y los vihuelistas Pedro de Madrid y Manuel Rodríguez. Precisamente a estos círculos literarios pertenecen Gutierre de Cetina y Baltasar de Alcázar, que proporcionarán textos poéticos para las obras en lengua romance de Francisco Guerrero. Los contactos de Guerrero con estos poetas quedan claramente definidos en los retratos que Pacheco hace de ellos. Refiriéndose a Baltasar de Alcázar, escribe: "fue mui diestro en la música, compuso algunos madrigales, a quién hacía el tono y la compostura dél, que el insigne maestro Guerrero praticava con gran satisfación y los estimava en mucho. Tuvo con él estrecha amistad por la música y la poesía...Hizo muchas canciones i otras obras, como él me certificó, que comunicava a su grande amigo Gutierre de Cetina". Las impresiones de las obras de Guerrero en París, Lovaina, Ronia y Venecia, y su estancia en Italia, donde establecerá un estrecho contacto con distintos músicos, entre los que destaca Gioseffo Zarlino, lo vinculan a un entorno europeo. En este sentido, hay que destacar el acceso a una de las mejores bibliotecas musicales europeas, la de la catedral sevillana, que, desde 1552, había incorporado el valiosísimo legado bibliográfico de Hernando Colón. Adquisiciones: tiendas culturales de Andalucía 01.- ¡O que nueva! 2:08 - Audio 02.- Introitus. Puer natus est 3:44 - Audio 03.- Kyrie eleison 7:42 - Audio 04.- Gloria 4:15 - Audio 05.- Graduale. Viderunt omnes 1:26 - Audio 06.- Niño Dios d¿amor herido 1:52 - Audio 07.- Mi fe, vengo de Belén 2:31 - Audio 08.- Credo 7:42 - Audio 09.- Pastores, si nos quereis 3:00 - Audio 10.- Offertorium. Tui sunt caeli 2:13 - Audio 11.- Introitus. ¡O grandes paces! 2:44 - Audio 12.- Sanctus - Benedictus 5:31 - Audio 13.- ¡O que plazer! 2:50 - Audio 14.- Agnus Dei 5:27 - Audio 15.- Communio. Viderunt omnes 0:45 - Audio 16.- Al resplandor d¿una estrella 4:17 - Audio VOLVER
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