Fotografía de la representación de Mujeres de Fuego en el Teatro Martín

Fotografía de la representación de Mujeres de Fuego en el Teatro Martín. Fotografía. 18 x 12,30 cm

Nombre: Fotografía de la representación de Mujeres de Fuego en el Teatro Martín

Autor: Desconocido

Procedencia: Donación de los herederos

Registro:CDMA - 692

Fecha: [1935]

Dimensiones: 18 x 12,30 cm

Exposiciones: Francisco Alonso, el Maestro y su Legado: Museo de la Casa de los Tiros, Granada, del 8-2-2021 al 06-03-2022.

Descripción:

Esta fotografía es el testimonio gráfico de Franciso Alonso frente a su partitura dirigiendo la orquesta con su batuta en el Teatro Martín de Madrid, durante la representación de su obra Mujeres de Fuego.

La obra se trata de una fantasía cómico-lírica en dos actos con texto de José Muñoz Román y Emilio González del Castillo. Su estreno fue el 12 de octubre de 1935, en el mismo teatro, aunque no se ha determinado que la foto sea del día del estreno.

Sus intérpretes de estreno fueron Margarita Carbajal (Ninon), Amparito Taberner (Beatriz, Carmen), Maruja Tomás (Sara), Angelita Navalón (gitana), Luis Heredia (Teo), Pepe Bárcenas (Regúlez), Arturo Lledó (Doroteo), R. Cervera (Orencio). Coreografía de Miguel M. de la Peña. Figurines: Julio Torres. Escenografía: Joan Mora.

    Sinopsis de la obra: La historia de Mujeres de fuego gira alrededor de la idea de una fábrica de mujeres artificiales, con todos los atractivos de las de carne y hueso, pero sin ninguno de los inconvenientes de las auténticas. Los que pretenden comprar las muñecas son los presos de la cárcel de Córcega cuyo director, Orencio, se traslada a París para su compra con el dinero de éstos.Al ver que éste no regresa sale en su búsqueda Regúlez, un gendarme español.
En París y en la fábrica hay todo tipo de situaciones hilarantes, entre ellas la confusión entre una muñeca y una mujer de verdad, Beatriz.

La revista de espectáculo es un género de características muy concretas, que los libretistas José Muñoz Román y Emilio González del Castillo conocían y sabían manejar muy adecuadamente: un leve hilo conductor que enlaza situaciones y escenarios fantásticos y la inclusión de chistes basados en el equívoco. A ellos hay que añadir la espectacularidad de la escenografía, la belleza indiscutible de vedetes, vicetiples y chicas de conjunto, el escaso vestuario de las damas y la ridiculez y extravagancia de los hombres.

La música también responde a unos modelos conocidos: ha de ser pegadiza, brillante, basada tanto en los clásicos ritmos de chotis y pasodobles, como en los nuevos que van llegando a la escena madrileña desde América (foxtrots, sambas) o de países exóticos.

Mujeres de fuego tiene muchos cuadros y mucha música. Llamaron la atención desde el día del estreno, un vals, una habanera («La mata de pelo»), la «Java de las muñequitas», una «danza apache» y el más espectacular: un pasodoble cantado por cigarreras que es una evocación de la célebre ópera Carmen.

La obra llegó a las 150 representaciones entre octubre del 35 y el 4 de marzo de 1936 con la compañía de Margarita Carvajal. Tras el éxito en Madrid y Barcelona, la obra viaja al Ruzafa valenciano antes de la guerra. 

Referencias: