Desde la década de 1920, el gobierno postrevolucionario mexicano apoyó a intelectuales y artistas para que llevaran a cabo la tarea de encontrar, describir y catalogar distintas expresiones de la cultura popular. Música, baile y poesía fueron algunas de las expresiones que sufrieron un proceso de selección y descontextualización en ese afán gubernamental de crear expresiones regionales típicas que representaran un México y una identidad mexicana determinada, lo cual dio como resultado una invisibilización de la diversidad cultural del país. En la actualidad, con un renovado interés por el estudio el performance de diversas tradiciones musicales, se está intentando recuperar contextos sociales más cercanos a aquellos en que estas tradiciones musicales se originaron y ejecutaron, resignificando su carácter popular en espacios compartidos. En fiestas populares —e incluso en eventos un poco más formales— los sones mexicanos se han convertido en el centro de atención de músicos, promotores culturales y públicos que reclaman los contextos originales de producción y ejecución, contextos que entrelazan música, baile y poesía, lo cual es reflejo de una forma de entender la vida. Así, el fandango se ha convertido en una manifestación de identidad, raíz y reclamación de “cultura propia” en varias partes de México. Larevitalización de la experiencia del son conlleva una conexión con el pasado, lo cual incorpora un poderoso elemento cultural e identitario a la práctica actual. Mi trabajo presenta un fandango en Huetamo, Michoacán, como ejemplo del proceso derecontextualización de tradiciones musicales y la construcción de identidades sociales a través de la música y el baile.
From the 1920s onwards, the postrevolutionary Mexican state supported intellectuals and artists in their quest to discover, describe, and catalog expressions of Mexican popular culture. Music, dance, and poetry were among such expressions that suffered from a process of selection and decontextualization as the state aimed to create prototypical regional traditions to represent Mexico and Mexican identity, thus narrowing the country’s actual cultural diversity. Now, with a renewed interest in both the study and performance of these traditions, some are trying to bring them back to the social contexts in which they originated and were once performed, authenticating their popular nature in shared spaces. At popular fiestas—and in more formally organized events—Mexican sones have become the center of attention as practitioners, cultural promoters, and audiences reclaim the original context of their production and performance, embracing their music, dance, and poetry to reflect a way of understanding life. Thus, the fandango has become a statement of roots, identity, and ownership of one’s culture in various parts of Mexico. The revitalization of the son experience entails a connection with the past, which brings a powerful element into the practice. My paper deals with a fandango in Huetamo, Michoacán, as an example of recontextualizing traditions and the construction of social identities through music and dance.
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