Claves para una lectura de la creación operística del compositor sevillano Manuel del Popolo García
Resumen
El sevillano Manuel del Popolo García es una figura fundamental en la historia de la música española. Compositor, tenor, profesor de canto y teórico, intérprete favorito de Rossini y divulgador de la obra de Mozart, iniciador del furor por la música española en Europa ... son algunos de los rasgos definitorios de esta gran figura. Precisamente esta polivalencia, sin embargo, ha hecho que la obra de García como compositor se haya visto oscurecida por su propia enorme actividad, valorada más por su público que sus propias creaciones. García aparece desde el inicio de su carrera como un compositor preocupado por el estado de la creación en España y, en particular, por el mundo del teatro lírico. Por tanto, ninguna de las numerosas actividades que realizó (con enorme éxito) obstaculizó su carrera como compositor, aunque sin duda lo distrajeron de ella. Si bien compuso numerosas canciones esencialmente españolas y música instrumental y religiosa, la producción operística está en el corazón de la obra de García: como compositor de ópera, su abundante catálogo convierte a García en el compositor más prolífico de nuestra historia. Estéticamente atraviesa tres estilos distintos que examinamos en este artículo. El español o estilo hispano, en el que comienza y al que regresa al final de su vida y por el que García lega a las generaciones futuras todo un lenguaje estilístico propio. El italiano, que es el más fundamental en su producción y en el que nos ha dejado obras de tanta importancia como Il califfo di Bagdag. Mozart es el modelo que más influencia ejerce aquí, aunque su contacto con Rossini también dejó huella. Por último, está el estilo francés en el que García trabajó como si fuera un nativo, con obras que respondían a las exigencias de los modelos presentados por l’opera comique o por la Academie Royale de la Musique.
