Música para rezar, música para bailar, música para llorar

Autores/as

  • Génesis García Gómez

Palabras clave:

Música para rezar, música para bailar, música para llorar

Resumen

Con respecto al resro de Europa occidental, España es diferente. También en su música tradicional. Por la que respira música de origen oriental, grecopersa y bizantina, hebrea, cristiana y musulmana, cruzada de gitana, de indú y de indiana. Música de tres religiones y muchas culturas que en su suelo se han cruzado. Porque entre la región indopakistaní y España, pasando por Oriente Medio y Próximo y el Mediterráneo, sucesivos imperios cantaban con la música oriental que Roma y Bizancio extenderían hasta Occidente, ya en la era cristiana (*). (*) Ver mapas territoriales de los imperios mesopotámico, grecopersa, helénico, romano, bizantino y musulmán, que ocuparon, sucesivamente, el mismo territorio. Y su penetración hasta España, extremo occidental de Oriente y de Occidente. Esta música tradicional española ha llegado hasta nosotros transmitida oralmente, por la liturgia religiosa primero y mantenida en el folklore y en el flamenco después. Podemos decir, por lo tanto, que aunque el flamenco como género nace en los cafés cantantes, a mediados del siglo XIX, no nace de la nada anterior, sino que emana como género propio tomando los artistas los materiales musicales depositados en la nación española durante siglos. Por eso es tan certera la metáfora de García Lorca con la que afirmaba que la música jonda habita «en las últimas habitaciones de la sangre». Porque la voz jonda viene de melodías orientales que, muy lejos y muy hondo, en el solar español fueron depositadas. Cuando oímos cantar una rondeña, una caña, una taranta o una siguiriya, no ya siglos de música, sino milenios de nación entran por nuestros oídos y empapan el alma de nuestra alma. O cuando vemos bailar brazos y manos por soleá, o burlar con su falda rrasera la bailaora que se aleja con su bulería, o zapatear posesos los hombres la siguiriya... milenios de canto, de baile y de danza son los que nos asisten, porque son milenios de canto, de baile y de danza los que en el flamenco habitan.

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Publicado

31-12-2004

Cómo citar

García Gómez, G. (2004). Música para rezar, música para bailar, música para llorar. Música Oral Del Sur, (6), 63–74. Recuperado a partir de http://www.centrodedocumentacionmusicaldeandalucia.es/ojs/index.php/mos/article/view/92